A los 13
años me hice claritos un par de veces. A los 15 me teñí de negro, aunque no
hubiera mucha diferencia con mi color natural. A los 16 me hice mechas de
colores fantasía por primera vez y, desde entonces, fue un viaje de ida. En los
últimos 9 años tuve el pelo de todos los colores y combinaciones de colores
imaginables.
La realidad
es que la tintura, es un proceso químico que puede desgastar rápidamente las
fibras del cabello. Las tintas se lavan con el tiempo y hay que re-aplicarlas
cada tanto. Si, además, tenemos que decolorar previamente, no es difícil
terminar con el pelo reseco y refrito si no se cuida debidamente.
Primero, es
importante recordar que no todas las tintas se mantienen de la misma manera.
Las tintas de colores fantasía, comparadas con las comunes, duran menos tiempo.
Las tintas sin amoníaco suelen lavarse más rápido. Además, por su composición
molecular, cada color se comporta distinto una vez aplicado. En mi experiencia,
los verdes y azules, se lavan rápido, mientras los rojos intensos se desgastan,
pero son imposibles de sacar (pero, he leído que no a todos les sucede igual).
*2008: mechas violetas; 2009: degradé rojo a
naranja; 2009: violeta y rojo*
Cuidados post-tinta
1. Esperar
por lo menos dos días después de la coloración, antes de volver a lavarse el
pelo. Si puedes esperar más, sin que el pelo se vea sucio o feo, mejor. La idea
es darle a la tinta el tiempo suficiente para que quede, aumentando su
duración.
2. Lavar con
shampoo con menor frecuencia. Para evitar que el shampoo barra el color, hay
que lavar el pelo con menos frecuencia de lo que harías normalmente. Dos o tres
veces por semana está bien, con un día de por medio.
3. Evitar el
agua muy caliente. Cuando estés lavando tu cabello, lo mejor es usar agua
tibia. El agua caliente abre los poros del cabello, haciendo que las moléculas
de la tinta se salgan y, consecuentemente, lavando el color más rápido.
4. Siempre acondicionar
el pelo después de usar shampoo. Usar acondicionador hace que el color tenga
más brillo y se vea más parejo. Incluso si tienes cabello fino, aplicarlo en
las puntas, que suele ser la parte más dañada.
5. Usar
siempre shampoo y acondicionador para cabellos teñidos o tratados químicamente.
6. Aplicar
el menor calor posible. El cabello teñido es más susceptible a dañarse y
resecarse, por lo que es necesario evitar aplicarle mucho calor directamente. Si usás
un secador, que sea en la temperatura más baja que te permita. Si llegás a usar
planchitas o rizadores, es muy importante aplicar un producto de protección al calor, para
evitar que se reseque.
*2011: rojo cobrizo: 2011: verde y azul;
2012: fucsia y violeta*
Mantenimiento para un cabello saludable.
1. No teñir
el cabello muy frecuentemente. Es necesario darle un respiro al pelo para que
se recupere del tratamiento. Una tintura completa no debería realizarse más de
una vez cada mes y medio, más o menos. Hay productos que ayudan a realzar el
color y disimular las raíces a medida que se va lavando, sin exponer el cabello
a químicos fuertes.
2. Cuidar el
cabello previo a la nueva decoloración y/o tinte. Durante el par de semanas
previo a la nueva coloración, es importante hidratar y fortalecer el cabello
con acondicionadores, baños de crema o mascarillas. De esta forma evitamos el
daño excesivo, mientras lo revitaliza.
3. Cortar
las puntas. La tintura es un proceso que reseca el cabello y esto se puede ver
en las puntas. Cortarlas un poco cada tanto, no solo quita las partes dañadas
del cabello, si no que hace que tu corte y color se luzcan mejor.
*2013: mechas arcoiris; 2013: rojo y naranja;
2014: violeta y fucsia*
Mascarillas.
Para ayudar
a mantener el cabello teñido, es recomendable usar una mascarilla que ayude a
hidratarlo y revitalizarlo. Hay un montón de mascarillas caseras que puedes usar
y se recomienda aplicar una, no más de una vez por semana.
Aceite de oliva y aceite de coco.
Esta
mascarilla es liviana, por lo que es ideal para el cabello fino. El aceite de
coco hace maravillas con el cabello dañado, porque su composición de grasas y
ácido penetra la fibra muchísimo mejor que otros aceites. Además, ayuda al
tratamiento contra la caspa, la resequedad del cuero capilar y es un agente
anti-hongos natural.
1) Mezclar
dos partes de aceite de coco, con una parte de aceite de oliva.
2) Aplicar
al cabello, masajeando suavemente para facilitar la absorción del producto.
Concentrar mayor cantidad de producto en las zonas del cabello más dañadas.
3) Peinar
con cuidado, usando un peine ancho o los dedos.
4) Envolver
el cabello con una gorra de baño. Si tenés el pelo largo, atarlo en un moño o
colita sin apretarla muy fuerte.
5) Dejarse
la mascarilla durante la noche, para ayudar a que los aceites penetren a fondo
en las fibras más dañadas.
6) Enjuagar
a la mañana siguiente, con agua tibia y lavar el cabello con shampoo y
acondicionador suaves.
Yoghurt y miel.
Esta
mascarilla es ideal para tratar el cabello reseco y el frizz. El yoghurt, por
su contenido de proteínas, ayuda fortalecer el cuero capilar y a revertir los
daños causados por los tratamientos químicos. El ácido láctico limpia a fondo,
mientras las grasas humectan el cabello. La miel, además de hidratar, está
llena de vitaminas que revitalizan las fibras.
1) Mezclar 2
partes de yoghurt, con una parte de miel.
2) Aplicar
al cabello, masajeando suavemente para facilitar la absorción del producto,
especialmente sobre el cuero capilar.
3) Dejarse
la mascarilla entre 20 minutos y media hora.
4) Enjuagar
con agua tibia y lavar con shampoo, colocar acondicionador sólo en las puntas.
*2014: rojo; 2015: verde, 2016: pelirroja*
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