6.06.2016

Hola, mundo!


La primera entrada en un blog siempre es la más difícil de escribir. ¿Debería introducirme? No sé por dónde empezar. ¿Y si escribo sobre lo que voy a escribir y publicar en el futuro? Tengo clara cuál es la intención del blog, pero el material lo voy a ir armando sobre la marcha. ¿Empiezo a publicar de una, con la entrada que ya tengo programada? Pero... eso lo siento un poco brusco y forzado. Así pasé los últimos días, pensando y mirando el cursor, titilando, en un documento en blanco.

Siempre fui una escritora y lectora ávida, y cuando encuentro un tema que me apasiona, no hay quien me frene. Desde chica sentí una atracción enorme por el mundo de la moda y con el tiempo, fui descubriendo culturas y estilos alternativos, algunos que abandoné en cuestión de meses y otros en los que sigo participando activamente. La moda y, más importante, como elegimos llevarla, es mucho más que sólo ropa. Durante años la ropa ha servido de respuesta, de protesta, de mensajero. Es una forma de expresarnos, sin tener que abrir la boca, es cómo nos mostramos al mundo. Y, tengo que admitir, que eso me resulta fascinante. Quiero poder compartir las cosas que me inspiran y contagiar un poco de todo este encanto y si le llego a alguien, aunque sea una persona, mi misión está cumplida.

Resulta que al final, sólo necesité un empujón, por más chiquito e insignificante que pueda parecer. Un salto, un momento que me dijera “Ya está, hacelo”. Y bueno, ya salté.

1 comentario:

  1. Felicitaciones x ese salto tan lindo!
    Gracias x compartir tu sentir,creo que nunca había pensado de esa manera a la ropa y tienes razón, muchas veces nos vestimos d acuerdo a como nos sentimos sin tener que expresarnos verbalmente.
    Gracias por tu aporte! Saludos

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