25 cosas que aprendí antes de cumplir 25

1. Hay que ser un optimista que siempre espera lo peor. Mi padre siempre bromeaba con esta frase, pero con cada año que pasa entiendo que tenía toda la razón.

2. Nunca te olvides de tus pasiones y tu vocación. Por más insignificante o disparatado que pueda parecer lo que te está diciendo, es importante que escuches a tu corazón.

3. Los mejores amigos no siempre son “para siempre”. Y eso está bien.

4. Sacá un millón de fotos. Siendo parte de una generación que creció con acceso a la tecnología, muchísimas veces me enfrentaron con “vivís pegada al celular”, “dejá de sacarte selfies”, “viví el momento”. Sí, creo que es importante aprovechar el momento, pero adoro sacar fotos cuando salgo, de lo que hago y, también, selfies para poder verlas dentro de varios años y reírme sola de los escraches.

5. Nunca te vayas a dormir enojada.

6. No se puede dejar feliz a todo el mundo.

7. Está bien no estar bien. Está bien sentirse cansado, triste y derrotado de vez en cuando. Es normal, no te desesperes. Tomate tu tiempo para sentir lo que tengas que sentir. 

8. Hay que afrontar para poder curar.

9. No hacer grandes planes a futuro. Está bien tener una idea de a dónde queremos llegar, 

pero no es necesario planear cada paso del proceso. Las sorpresas son divertidas.

10. Todas las personas llegan a nuestras vidas por una razón.

11. Aprende a decir “no”.

12. Siempre que te inviten a algún lado, llevá algo para compartir con el dueño de casa. Antes de salir, preguntale a tu anfitrión si le falta algo para la reunión y aunque diga que no, pensá en algo que creas le va a gustar. Sea una botella de vino para una cena con amigas, una caja de bombones para los suegros o un postre para una cena con tu familia.

13. Viajar sola es de las mejores experiencias. Sea un fin de semana a una ciudad cercana, o un año en la otra punta del mundo, viajar sola es genial. El tiempo a solas te obliga a conocerte y enfrentarte a un montón de situaciones nuevas, además de presentarte nuevas personas.

14. Podés darte un gusto de vez en cuando. No lo necesitás realmente, pero te encanta y no podés dejar de pensar cuanto te gustó, sea lo que sea. Mientras no desatiendas otras prioridades, dale para adelante, te lo merecés.

15. Tu pasado no define tu futuro. El tiempo cambia a la gente, la gente aprende, crece y tiene distintas opiniones.

16. Lo imposible solo lleva un poco más de tiempo.

17. No tengas miedo a pedir ayuda. Ninguna pregunta es demasiado estúpida ni ningún problema es demasiado insignificante. Animate a pedir una mano.

18. Mirar las cosas desde otra perspectiva.

19. No te compares. Todos venimos de distintos lados y nuestras vivencias nos hacen únicos. No hay dos iguales.

20. Alejate de la gente tóxica y no te sientas culpable por hacerlo.

21. Animate a salir sola una noche y hablá con extraños. Mi madre me va a matar cuando lea esto, después de todas las veces que me dijeron que nunca se le habla a desconocidos. Pero está bueno salir de nuestra zona de confort de vez en cuando y tener la oportunidad de hablar con gente que nunca nos hubiéramos cruzado en otro contexto.

22. Las cosas más inoportunas van a pasar en los momentos menos convenientes. Sí, un calefón va a explotar a una cuadra de donde estás parada, una hora y media antes del casamiento de tu padre, en el cual sos testigo y vas a llegar tarde por tener que pasar por el hospital para que te revisen y traten el pie que te quebraste.

23. En tu cartera siempre tenés que llevar pañuelos descartables, toallitas y un poco de efectivo guardado fuera de la billetera.

24. No arrepentirse. Lo hecho, hecho está. No vale la pena quedarse pensando en todo lo que podríamos haber hecho distinto una vez que no podemos hacer nada para cambiarlo. Lo importante es aprender de eso y seguir caminando.

25. La felicidad no es el destino, es la manera de encarar el camino.